Tanto nadar para ahogarse en la orilla
Es curioso el tiempo, cantaba Gardel que 20 años no es nada, sin embargo apenas unos minutos han supuesto pasar de la gloria a los infiernos, ya se divisaba la orilla, solo faltaban apenas unas brazadas para llegar a ella, después de estar nadando contra todo, esquivando tiburones azulgranas, pirañas mouriñistas, y corales que han dejado heridas hispano turcas, ahí estaba, casi se podía tocar con los dedos, 40 años después, estaba tan cerca y a la vez tan lejos, tanto nadar para ahogarse en la orilla.